La fascinación por el trabajo con la voz ha guiado a Yoli Cabrera en este viaje en el que descubre, educa y entrena todos los días, como buena deportista, para estar cada vez más cerca de la realidad de un sueño: doblar películas animadas.
“Mi padre tenía unas millas disponibles y él quiso que viajáramos a Colombia para conocer la Academia A Voz, lugar al que ingresé para formarme como actriz de doblaje en su programa anual Voice Over Talent, modalidad online. Entonces aprovechamos la oportunidad de la clausura para ir personalmente a recibir mi constancia de asistencia del primer módulo”.
Yolimar Cabrera Gómez tiene 25 años y es profesional en ingeniería en producción audiovisual. Desde niña ha estado en contacto con los micrófonos, gracias a la emisora que dirige su padre Denis Cabrera en Provincia de los Ríos, ciudad cercana a Guayaquil, en Ecuador. Yoli se convirtió en locutora empírica gracias a su experiencia en locución radial y comercial. Trabaja con su papá y actualmente es su mano derecha en locuciones radiales, transmisiones en vivo, relaciones públicas y en la administración del negocio familiar.
Cuenta Yoli que nadie la impulsó a enfocarse en la profesión de la voz, fue su decisión porque comenzó a descubrir que había algo especial en ella. Fue así que estudiando la carrera profesional cada vez que veía módulos de locución salía encantada y por eso terminó enamorándose de la radio, sin que su familia la alentara a hacerlo.
Y es que para ella los sueños se persiguen y se cumplen. Recuerda que desde niña le gustaba dejar el televisor en silencio para montarle diálogos extraños sobre las películas animadas, especialmente de Disney. Confiesa que su sueño, en un futuro cercano, es hacer el doblaje de voz para películas con personajes animados.
“Conocí A Voz Academia en Guayaquil en el año 2018. Me inspiré con los grandes talentos de la voz que conocí y estando en ese medio, mi coach de voz, Javier Gamboa, me recomendó la Academia A Voz en Colombia, y la referenció como la mejor en formación de actores de voz. En el 2020 antes de la pandemia ya había averiguado un lugar cerca donde hospedarme porque mi sueño era estudiar presencialmente en Bogotá, pero con el confinamiento fue imposible, así que este año retomé mi sueño y me inscribí en la modalidad online”.
No se arrepiente de tomar esa decisión, ya que para ella ha sido un descubrimiento en todas las áreas de su vida. Su coach de voz le escribió y le expresó que fue la mejor decisión y que estaba muy feliz porque ella estudiaría en A Voz con grandes directores de doblaje y profesores vigentes en el mercado. Yoli, ya contaba con la venia de su coach, tenía el apoyo familiar y el presupuesto, por eso no lo pensó más y dio el gran paso, inscribirse en A Voz Academia.
Esta soñadora sabe que hay que invertir en su formación, ya que la voz no es solo un sonido; la voz es el alma misma y hay que cuidarla, tratarla con amor, aprender a conocerla y dominarla, saber de qué es capaz, cuál es su potencial, descubrir las cosas que puede hacer. Y todo ese camino lo ha vivido en A Voz Academia.
“Me formé como locutora empírica y al entrar a la Academia fue un reto para mí, porque tengo el chip de locución; el doblaje es mucho más que una voz bonita y modular. El doblaje es interpretación, lectura fluida, dicción, actuación, y ha sido todo un desafío, pero sé que voy por buen camino. Me explicaban que el doblaje es como el deporte, si no entrenas, no llegas a ser campeona. Hay que calentar la voz todos los días, estudiar los tips que nos dan los maestros y todo lo necesario para alcanzar la meta”.
Dice que la clase que más la cautivó fue cuando tenían que reconocer su voz y explorar lo que sentían hacia ella. “Aprendí a valorar mi voz, abrazarla y pedirle perdón, porque no la valoré lo suficiente. Desde ese momento decidí que voy a empezar a creer en mí para que mi voz pueda brillar. También aprendí el sí mágico, y acallar el no puedo”. Sobre la dicción, confiesa que es ecuatoriana de la región litoral o costa con sus modismos característicos al hablar, pero que poco a poco va aprendiendo el español internacional. Le encanta el proceso y siente que ya no habla como antes, una vez culminó su primer módulo.
Para su padre Denis fue un orgullo y una satisfacción muy grande conocer en qué manos se encontraba su hija. Nos cuenta Yoli que el momento más especial para su papá fue cuando al final de la clausura los profesores de la Academia hicieron un show de doblaje en vivo y luego ver el resultado editado en segundos, para él fue fascinante.
Yoli considera que fue muy especial conocer personalmente a sus profesores. “Tuve una conexión muy bonita con mis maestros, sabemos que a través de una pantalla sí se puede aprender a distancia, pero verlos, abrazarlos y hablar con ellos me dio mucha emoción y me llenó el alma”.
Denis y Yoli disfrutaron mucho de esta experiencia y por eso desde ya están ahorrando para que toda la familia viaje a Bogotá para acompañar a Yoli en su clausura del último módulo avanzado el próximo diciembre. Denis aseguró que, si ella requiere más formación especializada, estamos dispuestos a brindarle todo el apoyo. Además, otro sueño que quiere cumplir la joven estudiante, es bailar el clásico salsero “Cali Pachanguero” directamente en la Sucursal del Cielo; así que muy pronto la veremos en el Festival Iberoamericano Viva Voz a realizarse este año en Cali, un evento masivo organizado por A Voz Academia lleno de profesionales y amantes de la voz, la locución y el doblaje.